Editorial del periódico Hoy dedicado al SNS

La capacidad de gestión de los hospitales públicos ha estado limitada por la tara que representa el clientelismo político. Las nóminas cargadas de gente sin ningún vínculo con el ejercicio hospitalario, o que viven en el exterior o han fallecido, es una carga financiera que reduce la capacidad operativa referida a los servicios esenciales. De ahí que el saneamiento de la nómina del sistema de salud y la capacitación del personal necesario es un aspecto clave para mejorar la eficiencia de los servicios de salud.

Hacia ese objetivo enfoca sus esfuerzos la gestión que encabeza el doctor Nelson Rodríguez Monegro en el Servicio Nacional de Salud (SNS). Desterrar el clientelismo político podría generar resquemores de partido, pero este funcionario está convencido de que no hay otra forma para lograr que los recursos estén dirigidos a cubrir necesidades reales del servicio sanitario, sea en términos de personal calificado o de cualquier índole.

No es posible que gente que no rinde una función al servicio de la salud continúe drenando las finanzas del SNS, cobrando sueldos sin trabajar. La actual gestión centra sus mayores empeños en procurar un salto cualitativo en la atención en salud, incluyendo la incorporación de estrategias sanitarias dirigidas a mejorar la prevención. Deshacerse del lastre del clientelismo político para reforzar la salud es la meta.

 

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